jueves, 22 de noviembre de 2018
La iglesia de Balbanera
Cuando los españoles iniciaron la conquista de las regiones andinas de lo que hoy es el Ecuador, Sebastián de Benalcázar llegó hasta la llanura de Cicalpa donde, para aprovechar las características de la región y el apacible panorama reflejado en la laguna de Colta, decidió dar descanso a sus agotados hombres, que habían librado -pocos días antes- la sangrienta batalla deTiocajas.
Posteriormente, en ese mismo lugar se reunió con Diego de Almagro quien en 15 de agosto de 1534 procedió a fundar la ciudad de Santiago de Quito (Santiago en el territorio de Quito, hoy Guayaquil) y pocos días después, el 28, la villa de San Francisco de Quito.
Fue entonces que los conquistadores, obedeciendo a su fe cristiana, iniciaron la construcción de un templo destinado a invocar la protección divina en su labor de conquista, y a la evangelización de los nativos de la región.
Comprometidos en tal empresa, los españoles iniciaron de inmediato su construcción colocando sólidos cimientos; levantaron luego gruesas paredes de piedra que finalmente fueron complementadas con una resistente cubierta de madera.
Durante toda la colonia esta iglesia sirvió de refugio religioso a los habitantes de los pueblos aledaños e inclusive a los viajeros que la visitaban; durante los siglos XVIII y XIX, debido a los terremotos que asolaron la región sufrió graves deterioros que fueron oportunamente reparados, permitiéndole llegar airosa al siglo XXI, en que lamentablemente, a principios de marzo del 2005, le fue robado uno de sus íconos más representativos: la escultura del arcángel San Miguel.
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